¿Cómo abordar las pataletas y la contención en los niños de forma respetuosa?
Los niños siempre buscan cumplir con sus deseos, en ello no se puede distinguir un propósito de manipulación o maldad, al fin y al cabo, adultos y niños buscamos lo mismo. Los niños están en proceso de aprendizaje. Están comenzando a identificar sus emociones, las cuales son el camino para buscar la forma de hacer frente a la frustración de forma apropiada.
¿Qué entendemos por pataleta en los niños?
La pataleta es una serie de acciones que incluyen: llanto estridente, expresiones de dolor, golpes, alaridos, entre otros. Es un momento en donde el niño está ensimismado.
¿A qué edad son más frecuentes las pataletas en los niños?
Entre el año y medio y los cuatro años.
¿Qué podría gatillar una pataleta en los niños?
Las pataletas pueden gatillarse por diferentes razones: frustración cuando algo no les resulta como querían, sentirse no escuchados o incomprendidos (muy común), la expresión de algún malestar, entre otros.
¿Se pueden evitar las pataletas en los niños?
Es muy normal que todos nos frustremos cuando algo no resulta según lo esperado. Con mayor razón en el caso de los niños. Ellos están apropiándose del lenguaje, desarrollo que se completa a los doce años de edad en promedio. También dependen de los adultos para hacer y usar la mayor parte de las cosas que tienen a su alrededor.
Es decir, los niños carecen de herramientas para comunicar de forma efectiva
lo que sienten, piensan o necesitan. Por ende, vamos a entender la pataleta como una forma desadaptativa de comunicar lo que se necesita o quiere. Dado lo anterior, tenemos que intentar comprender su reacción y acompañarlo hasta que la pataleta pase. No es posible evitar la aparición de todas las pataletas y no debemos sentirnos angustiados por eso. Las pataletas poco a poco irán disminuyendo su intensidad y frecuencia hasta casi desaparecer entre los 4 y 5 años.
¿Cómo actuar ante una pataleta?
- Lo más importante es mantener la calma. Una postura tranquila ayudará a que nuestro hijo recupere el control; si por el contrario, nos desesperamos y reaccionamos de forma agresiva o violenta, la violencia escalará y tomará más tiempo salir de ese mal momento.
- Si estamos en un lugar público, lo tomamos de forma firme y lo llevamos a un lugar seguro donde se pueda expresar. La presencia de otros adultos, muchas veces en vez de ayudar solo empeoran la situación.
- En el caso que estemos en la casa, lo ideal es que solo una persona acompañe el mal momento. Alternar papá o mamá, o el que tenga mejor manejo de la situación, mejor manejo igual a más tranquilidad para enfrentar la situación.
- Una vez que pase la pataleta -damos suficiente tiempo para ello- intentamos entender cuál fue el gatillante de la pataleta, de esa forma podemos enseñarle en otro momento cómo responder de forma apropiada a una situación similar. Ejemplo: Si la pataleta la provocó irse de la casa de sus abuelos. Podremos decirle apenas llegue a la casa de los abuelos, que así como llegamos vamos a tener que retornar a nuestra casa en algún momento. Cuando quede media hora le vamos avisando que se acerca el minuto de partir para que él o ella pueda ir concluyendo todo lo que crea necesario antes de retornar.
- Si nuestro hijo es más cercano a los tres años, podemos ayudarlo a entender lo que gatilló la pataleta poniéndole nombre a la situación. Ejemplo: ¡Te enojaste porque se perdió tu juguete! ¡te dio pena porque tenías muchas ganas de seguir jugando en el jardín!
- Si es más pequeño, que vea que en sus malos momentos estás junto a él. Eso no significa en ningún caso darle en el gusto. Intenta distraerlo con otra actividad o anticípalo a lo que va a ocurrir. Ejemplo: ¡Quedan cinco minutos para irnos! ¿Qué vas a hacer en el tiempo que queda?
- Cuando nuestro hijo logre tener una respuesta apropiada, por muy pequeña que esta sea ¡Reconoce a tu hijo!, abrázalo, dile que lo hizo bien y hazle saber que valoras su esfuerzo.
- Nunca lo dejes solo. A esta edad los niños se ponen en riesgo con mucha facilidad. Acompaña a tu hijo y ten paciencia. Manejar las emociones y tener respuestas apropiadas para ellas toma tiempo. Verte cerca de él o ella le enseña a tu hijo que en los momentos difíciles siempre vas a estar ahí.
- No debes discutir con tu hijo, cualquier debate es estéril, sobre todo en esos momentos. Cuando vuelva la calma, busca un lugar tranquilo para hablar de lo que ocurrió y puedes enseñarle otras maneras en que pueda reaccionar la próxima vez.
¿Por qué los niños muchas veces le hacen pataletas solo a los padres?
Eso ocurre porque los padres son las personas de mayor confianza para expresar lo que ellos sienten. Funciona igual que en los adultos, cuando queremos expresarnos buscamos a alguien en quien confiamos para mostrar esa frustración o dolor que nos embarga.
Manejar respetuosamente una pataleta no significa entregarle lo que pide o dejarle hacer lo que quiera. A pesar de que esto pueda calmar una pataleta momentáneamente, no ayuda a evitar la siguiente. Entrega un mensaje confuso al niño, ya que naturalmente aprenderá que este es un medio eficaz para lograr lo que quiere. Lo importante es darse cuenta cuando una situación le genera a nuestro hijo rabia, pena, frustración para enseñarle a reaccionar de forma apropiada.
Mg. Ps. Leslie Salgado Viñals
Directora Jardín Infantil Upita y Jardín Infantil Cangurito